viernes, 26 de febrero de 2016

Vuelve, verano. Vuelve.

De vez en cuando, la vida nos concede un puñado de momentos de felicidad plena. En ocasiones duran tan sólo unas horas. Otras son días, incluso semanas. El recuerdo de esos momentos nos acompañará siempre, transformándose en un país de memoria que nos hace cerrar los ojos y volver a ellos una y otra vez, en un intento desesperado de nuestro subconsciente por regresar. Hasta que el día menos pensado algo suena "click" en tu cabeza abriéndote los ojos de golpe, haciéndote entender eso de que "podemos echar de menos algo, pero no necesariamente quererlo de vuelta." Estar perdido no es malo. Pero para encontrarse es necesario sentarse, mirarse uno mismo hacia dentro, y tener el valor de aguantar la respiración sin salir corriendo. 

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lunes, 22 de febrero de 2016

Tinta de domingo.

El anciano la miró con ternura, acariciando con delicadeza su rostro obligando a morir así a las lágrimas que recorrían su pómulo izquierdo.-No seas tan ingenua, cielo. Abre esos ojos tan grandes que tienes, y aunque te duela, acéptalo. En el fondo nunca tuviste un padre, nunca lo fue para ti y no lo va a ser ahora, a estas alturas. La experiencia en la vida me ha enseñado que si una persona no te llama, es porque no quiere llamarte. Si te trata como si le importaras una mierda, es porque en ese momento le importas una jodida mierda. Si te traiciona, es porque no le interesas lo suficiente. De nada te sirven las personas que tratan de justificar su ausencia durante tu lucha, que dicen estar asustadas, confusas, deprimidas o agobiadas. De nada te sirven las personas que dicen estar dramáticamente afectadas por su pasado. De nada te sirven las personas que dicen estar necesitadas de distancia o de tiempo. Las personas se dividen solamente en dos categorías: Las que te quieren, y las que no te quieren. Todo lo demás, en algunas ocasiones es falta de madurez. Y por desgracia, en la mayoría de ellas, es una excusa. La realidad, es que no les importas lo suficiente.

jueves, 18 de febrero de 2016

Novela en pre-parto.

-¿Has vuelto a verla?-Preguntó Víctor     dejando derramar sin querer parte del café sobre el mantel.
-Ha estado aquí hoy mismo.-Alatz cerró los ojos con fuerza, como si al hacerlo pudiera verla de nuevo frente a él.- Ha dicho que le importo, y luego se ha quedado callada. Se ha quedado callada mirándome, y yo he temblado entero, porque no hay nada que me de más pánico que la responsabilidad de tratar con un corazón en carne viva. Me ha dejado sin palabras, y es que sé que ella también me importa, y me odio a mí mismo porque el miedo no me deja hablar las cosas claras. El problema en todo esto es, que yo ya no puedo sumar algunas letras, y mucho menos pronunciarlas. "A mí también me importas" o "yo también te quiero en mi vida" sería un buen comienzo, por ejemplo, pero no me sale decirlo. Y no es culpa del orgullo, ni de las drogas, ni de agobios, esta vez no. Esta vez sucede que soy un cobarde. Sólo puedo esperar que ella no lo entienda, y una de dos, o se aleje, o insista. Que insista hasta que ya no tenga fuerzas para acumular silencios. Que me persiga hasta un callejón sin salida y que en medio de todo este sin-sentido me abrace. Y entonces, quizás entonces, pueda acercarme a su oído y susurrarle: Yo también. #Elpalaciodeparedesverdes  #nochesdetintaypapel #novelaenpreparto #devueltaalacafeína #vístemedeinspiración #night #inspiration #writing #backtotheroots

lunes, 15 de febrero de 2016

Olores.

Laura siempre había sido bastante rara para los olores. No era capaz de comer o beber algo que no le gustara cómo olía, y podía percibir la presencia de ciertas personas sólo por el perfume que desprendían. Llevaba tiempo sintiendo el (d)olor de la ausencia de Nico entre sus sábanas, y hasta aquella noche había sido incapaz de tan siquiera plantearse la posibilidad de reemplazarlo, aunque fuera un rato. Se sentía especialmente nerviosa. No tenía nada que ver con la cena en aquel restaurante de moda, ni con el paseo por el centro de la ciudad, ni con lo insultantemente atractivo que siempre le había resultado él. Él y su sonrisa llena de hoyuelos, su verde mirada penetrante, su tez morena, sus largas manos, llenas de venas. Cuando a la mañana siguiente, tras desayunar con ellaabandonó su casa, se escondió bajo las sábanas y rompió a llorar. Era la primera vez desde la misteriosa desaparición de Nico que otra persona ocupaba aquella cama, y se había sentido más vacía que todas las noches anteriores en las que había dormido sola. Respiró profundamente interrumpida por sus propios sollozos, y dejó escapar el aire tranquila al comprobar que el recuerdo de su almohada seguía oliendo a Nico. Cerró los ojos y le dolió ahí donde sus manos, en algún momento, alguna vez, le hicieron sentir que nunca se iría. Pensó que era una auténtica putada que la piel no sufriera Alzheimer emocional, o que las farmacias no vendieran anestesia a granel, al menos. Entendió entonces que su alma no había perdido la esperanza de que la policía le trajera a Nico de vuelta. Que de nada sirve tapar las heridas con tiritas nuevas, que para que cicatricen es mejor dejar que les de el aire, y en todo caso, esperar a que si tienen que regresar, regresen las viejas. Porque el único remedio para curarlas, solamente lo conoce la persona que las crea. 

sábado, 13 de febrero de 2016

Tinta de lluvia y carretera.

Si los asientos traseros de un coche tuvieran permiso para hablar, podrían escribir más historias que la propia luna en cada una de sus madrugadas sin ropa. Historias de descampados de carretera y aparcamientos de supermercado, de amaneceres en los que los relojes se rompen esparciendo su arena en tantas direcciones como pueden tomar tus manos recorriendo mis piernas desnudas. Historias de mensajes a deshora, de cristales empañados, de freno de mano erguido, palanca de cambios en posición "marcha atrás", luces apagadas y corazones encendidos. Historias de esas que se intuyen con una mirada, que al recordar tu alma suspira, en silencio, sintiendo como si cientos de galgos recorrieran tu sistema respiratorio acaparando tu aliento, tu alma, sin descanso, sin fondo. Historias de esas de las de "si me tocas de la misma manera en la que me miras, no respondo."

martes, 9 de febrero de 2016

Maravillas del mundo.

De vez en cuando, la vida nos concede un puñado de momentos de felicidad plena. En ocasiones duran tan sólo unas horas. Otras son días, incluso semanas. El recuerdo de esos momentos nos acompañará siempre, transformándose en un país de memoria que nos hace volver a ellos una y otra vez, en un intento desesperado de nuestro subconsciente por regresar a esa vida.
Xichen Itza. 
Riviera Maya.
México. 
Maravillas del mundo.
En todos los sentidos.