jueves, 30 de agosto de 2012

Pequeños Detalles.

Un mensaje, o dos o tres. Una llamada perdida que pudo haber sido llamada si no hubieras estado como estabas, dormida...pero el efecto es el mismo, o incluso mejor: Un nombre en la pantalla de quien por la razón que sea en el momento que sea, se acordó de ti y quiso escuchar tu voz. Una nota de esas de tequieromucho o ereslomejorquehayenelmundo. Un sencillo y simple buenos días, justamente por eso, porque son buenos días, porque tienes ganas de comerte el mundo por las mañanas y de que los demás se lo coman también contigo. Una camiseta usada que te recuerda a quien la usó, un bolígrafo que no quieres que se acabe nunca, porque con él pasaste la prueba de acceso al conservatorio o hiciste tu mejor examen de la carrera. Un caramelo de fresa en el cuenco de la mesa de la sala de recepción del dentista, escondido entre todos los de menta. Un sonido. Del mar, de la lluvia, de ese plato que se cae y se rompe en pedazos...del silencio. La eterna puta costumbre de echarle aceitunas a la ensalada. Un calendario de bolsillo de 1996. Tu primer cuento. El vídeo de aquel partido en el que metiste tu primera canasta, los cordones de las zapatillas con las que perdiste aquella final de liga...pero la jugaste. Una visita inesperada. Ciento cuarenta caracteres que para  ti dicen tanto, aunque los demás no lo entiendan, aunque para ellos no digan nada. Una estúpida canción dedicada en algún sitio, esa escena que tanto te hace reír, o esas líneas que te dan las buenas noches con tanta ilusión, con tantas ganas. Que llegue o no llegue el final, los principios nunca mueren, ni las mitades, y al margen de lo que se hace por inercia, son los pequeños detalles los que marcan la diferencia.

jueves, 23 de agosto de 2012

Mitades.

Maricones, truchas, gays, lesbianas o bisexuales...la morfología es lo de menos, el significado es lo que cuenta, y la forma, la manera en que se pronuncie y en la que se entienda.Y ya vale de eufemismos pragmáticos, y esa falta de laxitud de ideas. Aquí cada uno se enamora de lo que quiere, no de lo que le dejan. Te enamoras de lo que te da la gana, sea hombre o mujer, eso da igual. Y si quieres casarte, te casas, y si tu país no te lo permite, te casas igualmente, a ver quién es el idiota que os va a impedir que firméis un papel de esos de juntosparatodalavida. La validez legal no es lo más importante, al fin y al cabo,  manda cojones que bendigan hasta las rosquillas y no sean capaces de bendecir el amor entre dos personas que se quieren. Y que nadie te venga a decir que no puedes, que nadie te venga a contar cuentos que no van a ninguna parte, porque uno no decide el cuerpo que habita ese alma que le hace temblar con solo pensarla. Y lo que venga después, ya vendrá, eso es otra historia. Pero que nadie en este maldito mundo de chalados hedonistas venga a decirte que no puedes amar a quien a ti te apetezca. Que los enfermos son ellos, y nadie puede imponerte la apariencia de la esencia que es capaz de hacer feliz a tu alma, y completar lo que sientes que te falta.

viernes, 17 de agosto de 2012

Tareas Pendientes.


Jugar a baloncesto, correr, saltar...caminar.
Los paseos hacia ninguna parte, la brisa del mar.
Leer en un parque. Andar en bicicleta,
salir a la calle de noche, a cualquier lugar, mientras sea de noche.
Ochenta largos en treinta y ocho minutos.
Subir escaleras,
y bajarlas. Usar tacones,
pisar descalza la arena, y la hierba,
 y hasta el cemento o las piedras, 
sentirlas.
Todas esas, y algunas otras, pero la que más...
abrir el portal, salir a la calle,
y ver tu coche en doble fila, justo delante.
Que estés ahí, esperándome,
con una mano en el teléfono y otra en el volante.
Entonces giras la cabeza, me ves mirarte...
y me regalas esa sonrisa que sólo me hace pensar en una cosa:
Sin ti, a ningún lado. Contigo, a cualquier parte.

jueves, 16 de agosto de 2012

Que no te vaya bonito...que te vaya de muerte.


Ahí donde toda la mierda se amontona, donde el odio renace después de enterrarlo con el candado del olvido, y cobra vida, y se hace fuerte, como rata que ensucia revolviendo los restos de mierda en la basura, como escualo que boga oculto entre aguas densas, profundas, oscuras. Ahí donde se pudre hasta el más puro sentimiento, donde descansan los demonios que no mueren en la hoguera, donde la rabia que llevas dentro agoniza, te desgarra y envenena. Ahi donde no sale el sol, donde brota la sangre del alma hecha cenizas, donde la más íntegra intención se vuelve la más mezquina. Ahí, justamente ahí, en ese lugar de lo sombrío y retorcido, de lo hediondo, lo fragoso y nauseabundo, impregnado en tus falsas promesas y mentiras, ahí, que tus sueños se escapen, que te corran las tripas hasta arder de frío. Y que tiemblen, que tiriten tus venas hasta hacer que abrasen...y que en lo más humano de tu ser, la herida que con desesperación hedonista soplas, te duela.

lunes, 13 de agosto de 2012

Desnudando el alma.

Se me olvidaba decirte, que tengo unas ganas de hacerte el amor que no te las puedes ni imaginar. Que quiero hacer el amor contigo, no una, sino cientos de veces, miles de ellas. Que me muero de ganas por desnudarte, desabrochar de nuevo todos esos botones de tu camisa, y hacer el amor con pasión, como si el mundo fuese a terminar mañana mismo, hasta que nos falte el aire, hasta que no podamos más. Y dormir abrazada a ti, con el calor de tu pecho entre las sábanas, para despertar a tu lado y comerte a besos por la mañana. Sentir tus besos como si no me hubieses besado antes, como si nunca hubieses besado otros labios que no sean los míos. Sentir tus caricias como si tus manos jamás hubieran conocido otro cuerpo, pero dándoles permiso para actuar con la experiencia que les caracteriza el saber tratar a una mujer. Que me mires como sólo tu sabes mirarme, como si fuese única, y no vieses nada más alrededor, haciéndome creer que seríamos capaces de vivir en una cama...durante el resto de nuestra vida.

jueves, 9 de agosto de 2012

Noche, vuelve.

Te echo de menos. Tu hedonismo, tu sensualidad, tu elegancia, tu encanto. En mis amaneceres fríos , en mis tardes de verano, y en esos cielos que enrojecen tras las cortinas de este cuarto. Los días sin ti transcurren bajo la monotonía de un lápiz mal afilado, anodinos, impasibles, lejos de la vehemencia a la que tú me empujabas, que tú misma alimentabas. El sonido del vidrio, de la música, de voces ebrias, todas esas confesiones y secretos, que sin pedir nada a cambio, te guardas. Esa brisa cálida, esa eterna oscuridad en lo más alto, colmada de relucientes miradas. Ese ojo menguante y creciente, lleno de vida, que esconde tu alma. La tenue luz de las farolas, que cuando tu paseas nunca están apagadas. Y te alumbran, te contemplan, te acompañan. En los rincones más lúgubres bogan las sombras de lo que ocultas, y nos engañas, haciéndonos creer que nunca te irás...hasta que sale el sol, hasta que llega la mañana, y una vez más , te escondes, y una vez más, todo acaba. 

La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina.

A Salander siempre le habían entretenido los rompecabezas y los enigmas. A la edad de 9 años su madre le regaló un cubo de Rubik. Puso a prueba su capacidad lógica durante casi cuarenta frustrantes minutos antes de darse cuenta, por fin, de cómo funcionaba. Luego no le costó nada colocarlo correctamente. Jamás había fallado en los test de inteligencia de los periódicos: Cinco figuras con formas raras y a continuación la pregunta sobre la forma que tendría la sexta. La solución siempre le resultaba obvia. En primaria había aprendido a sumar y restar. La multiplicación, la división y la geometría se le antojaban una prolongación natural de esas operaciones. Podía hacer la cuenta en un restaurante, entender una factura y calcular la trayectoria de una granada de artillería lanzada a cierta velocidad y con un determinado ángulo. Eran obviedades. Antes de leer aquel artículo, nunca, ni por un momento, le habían fascinado las Matemáticas, ni si quiera había reflexionado sobre el hecho de que las tablas de multiplicar fueran Matemáticas. Para ella era una cosa que memorizó en el colegio en tan sólo una tarde, por lo que no entendió el motivo de que el profesor se pasara un año entero dándoles la lata con lo mismo. De repente intuyó la inexorable lógica que sin duda debía ocultarse tras esas fórmulas y razonamientos, lo cual le condujo a la sección de Matemáticas de la biblioteca. Pero hasta que no se sumergió en aquel libro, no se abrió ante ella un mundo completamente nuevo. En realidad, las Matemáticas eran como un lógico rompecabezas que presentaba infinitas variaciones, enigmas que se podían resolver. El truco no se hallaba en solucionar problemas de cálculo. Cinco por cinco siempre eran veinticinco. El truco consistía en entender la composición de las distintas reglas que permitían resolver cualquier problema matemático.

Y justamente eso, era lo que más me fascinaba.



miércoles, 8 de agosto de 2012

Feliz Cumpleaños, Elena. ;)


8. Giselle.

El día siguiente transcurrió casi sin que fuese consciente de ello. Me repartí como pude para ver a mis amigos, pasar tiempo con la familia y aprovechar para salir de compras con Giselle. Giselle es mi hermana pequeña. Sé que hasta unas cuantas líneas más arriba ni si quiera había mencionado su existencia, pero estaba esperando el momento adecuado para hacerlo, aunque en realidad, en cuestión de hablar de Giselle cualquier momento lo es. Tiendo a poner el título de los capítulos una vez escrito el texto, pero en esta ocasión tiene fuerza y personalidad propia, así que es lo primero que he hecho. Normalmente nunca empleo sólo un nombre para ello, porque tengo la sensación de que falta algo, de que no es suficiente como tal. A simple vista puede parecer bastante común, al menos lo es en Anj, cualquiera que haga un poco de memoria puede conocer a alguna, pero ésta es diferente, con todo lo que las siete letras que unidas componen la palabra significan. Rubia, de las de verdad, de las que empiezan con letra mayúscula, la única con la que hasta ahora he aceptado compartirlo, porque realmente me gusta que haya otra, y que sea ella. Con carácter, demasiado, a veces, en ocasiones pierde el control de la situación, le cuesta canalizar sus emociones y las exterioriza de manera inadecuada, o más bien como lo que en general solemos considerar inadecuada, pero a sus escasos 18 y con la vida de locos que lleva raro sería que no fuese así. Cabezota, observadora, con encanto, un encanto especial que la distingue del resto al poco de conocerla, que marca la diferencia. Está. Siempre está, hasta cuando no lo parece, basta con una llamada, un mensaje, y conmigo ni eso, sabe cuándo hace falta aunque nunca se lo pida. Te escribe, te lee, te escucha y te da su opinión, sin adornos, transparente, sincera, pero al mismo tiempo con tacto. Transmite seguridad en todo lo que hace, aunque ni ella misma esté segura, sigue adelante pisando firme, como si conociera el camino que sus pies seguirán durante un largo recorrido y se sintiera tranquila gracias a ello. Siempre está dispuesta a comerse el mundo, aunque el mundo se la coma a ella, a veces. Muy madura para su edad, siente que en ocasiones no encaja con su entorno habitual, y busca otro en el que sentirse más cómoda, busca el nuestro, ya es una más. Valiente, no se echa atrás ante las dificultades, si no todo lo contrario, las afronta con más ganas que las situaciones fáciles de resolver. No es perfecta, ni mucho menos, nadie lo es. Pero si había alguien en la familia capaz de desconectar de todo por un rato en aquel momento, era ella.

domingo, 5 de agosto de 2012

Las Apariencias.


"Dicha la retahíla de palabras mágicas en un momento de flaqueza: Paciencia, autocontrol, cordura, reflexión, y todas las demás, aún hay algo que pregunta: Y todo esto, ¿para qué? Y algo que responde: Para seguir siendo quien eres, alguien que ama el ocio y lo suplerfluo, las caricias carísimas y los viajes, los brillantes licores y la seda, las adolescentes, el mediodía y el Infierno de Dante. Y ese algo que responde nos convence, porque más allá de la tétrica sabiduría, están los hedónicos mediodías y las sensuales glorias del arte. Porque después de buscar la verdad donde se encuentra, se vuelve, si se vuelve, anonadado, sabiendo que no son las apariencias las que engañan, sino las esencias, con crueldad, y en vano."

sábado, 4 de agosto de 2012

Cuento para irse a dormir.

Cuentan que había una vez, hace muchos, muchos años, un joven rey muy apuesto que estaba buscando esposa. Por su palacio pasaron todas las mujeres más hermosas del reino, y de otros más lejanos. La mayoría eran muy hermosas, y le ofrecían toda su riqueza, además de su belleza y de sus encantos. Pero ninguna le llenaba como para convertirse en su reina. Una soleada tarde de Mayo, llegó una mendiga al palacio de este rey, y tras recibir insultos y discutir con los guardias de palacio, consiguió obtener una audiencia.

"No tengo nada material que ofrecerte; solo puedo darte el gran amor que siento por ti", le dijo al rey, "y puedo hacer algo para demostrarte ese amor". Esto despertó la curiosidad del rey, quien le pidió que le desvelara qué sería eso que podía hacer. "Pasaré 100 días en tu balcón, sin comer ni beber nada, expuesta a la lluvia, al sereno, al sol y al frío de la noche. Si puedo soportar estos 100 días, entonces me convertirás en tu esposa."
El rey, sorprendido más que conmovido, aceptó el reto. Le dijo: acepto. Si una mujer puede hacer todo esto por mí, es digna de ser mi esposa.
Dicho esto, la mujer empezó su sacrificio. Empezaron a transcurrir los días, y la mujer valientemente soportaba las peores tempestades, muchas veces sentía que desfallecía del hambre y el frío, pero la alentaba imaginarse finalmente al lado de su gran amor. De vez en cuando, el rey asomaba la cabeza desde la comodidad de su habitación para comprobar que ahí seguía, y le hacía señas de aliento con el pulgar. Así fue pasando el tiempo, veinte días, treinta, cincuenta, la gente del reino estaba feliz, pues pensaban que por fin tendrían una reína...90 días, y el rey continuaba asomando su cabeza de vez en cuando para ver los progresos de la mujer. "Esta mujer es increíble", pensaba para si mismo, y volvía a darle alientos, a su forma, con sus señas.
Al fin llegó el día 99, y todo el pueblo empezó a reunirse en las afueras del palacio para contemplar el momento en el que aquella mendiga se convertiría en esposa del rey. Contaban con entusiasmo las horas, a las 12 de la noche de ese día tendrían reina...la pobre mujer estaba muy desmejorada, había perdido mucho peso, y contraído enfermedades que le provocaban terribles dolores.
Entonces sucedió. A las 11:00 de la noche de aquél día 99, faltando apenas una hora para que llegara el día 100, la valiente mujer "se rindió"...y decidió retirarse de aquel palacio. Dedicó una triste última mirada al sorprendido rey, y sin decir ni media palabra, se marchó.
Los murmullos de la gente mostraban la conmoción general. Nadie podía entender por qué aquella valiente mujer se había rendido faltando tan solo 1 hora para ver sus sueños convertidos en realidad. Había soportado tanto...
Al regresar a casa, su padre, que se había enterado ya de lo sucedido,  le preguntó: ¿Por qué te rendiste a tan solo instantes de ser la reina? Ante su asombro, ella respondió: Estuve 99 días y 23 horas en su balcón, soportando todo tipo de calamidades, y no fue capaz de liberarme de ese sacrificio. Me veía padecer, y solo me alentaba a continuar, sin mostrar siquiera un mínimo de piedad o compasión ante mi sufrimiento. Esperé durante todo este tiempo un atisbo de bondad y consideración que nunca llegaron. Entonces entendí: una persona tan egoísta, desconsiderada y ciega, que solo piensa en sí misma, NO MERECE mi amor.
Conclusión:
Cuando ames a alguien, y sientas que para mantener a esa persona a tu lado tienes que sufrir, sacrificar tu esencia y hasta rogar aunque te duela, retírate. Y no tanto porque las cosas se tornen difíciles, sino porque quien no te haga sentir valorado, quien no sea capaz de dar lo mismo que tu, quien no pueda establecer el mismo compromiso, la misma entrega simplemente, no te merece.