jueves, 28 de junio de 2012

Tan feliz y tan triste(Una vez más, Gracias, Salem).

Intento un poema para ti bajo el calor de una noche de verano, en la ocupada mesa de un cuarto desordenado, con la tensa calma de quien contiene palabras sin saber cómo agruparlas para expresar tanto. Tanto que piensa, tanto que siente, tanto, que no sabe cuánto. Escribo estos versos en el reverso del anverso de un piano desafinado, un piano que no existe sino en el rincón de mis anhelos, de todo y nada, de mi esperanza, de mis deseos. Y empiezo por la última página, la del te quiero más sincero, para acabar, quizás, por la primera, donde los miedos se esconden, donde el alma palpita a gritos bajo unas sábanas que piden guerra. Necesitar es el verbo que más odio, pero no te haces una idea de cuánto necesito que me necesites, que te falte un pedazo si estoy lejos, que no lo esté, que esté donde esté, siempre quede algo de cerca. Que puedo vivir sin ti, sin vivir al cien por ciento, que puedo hacerme amiga de otras pieles, pero nunca ser su cómplice completo. Y me niego a morir sin conocerte tanto por eso que llaman dentro, me niego a que no me sigan sorprendiendo tus secretos. Que se que quererme fue andar descalzo entre las llamas, dar tantos pasos sin quemarte, y de repente, todo el fuego. Quererte a ti fue hacer de la vida una ruleta, jugar todas las fichas a un mismo número distinto de cero, apostar contra el destino, y lograr que por una vez no volviera a ganar la banca. Y al descalzarte de tus miedos y yo dejar de revisarme los bolsillos, al desnudarte de cualquier cordura y vacíar el cenicero de mis dudas, echamos toda nuestra leña al juego, rompió en pedazos el reloj del tiempo, y tras la corriente de arena nos vimos erróneos, incorrectos...pero felices, seguros, y en aquel momento, eternos.

miércoles, 27 de junio de 2012

Resina.


Yo mataré monstruos por tí. Y dragones, y culebras, y hasta magos tenebrosos, todo lo que tu quieras. Apagaré incendios y derretiré escarcha, no hará frío ni calor, haré todo lo que sea necesario para evitar esa tonta manía que tienes de dejarte caer las lágrimas. Y si no quieres a ese médico, no lo tendrás. Y si quieres que el muñeco sea un niño de verdad, lo será. Y si quieres cantar, canta, y si quieres reír, ríe, y si quieres cenar a la hora de desayunar y dormir a plena luz del día, hazlo también. Haz todo cuanto se te pase por la cabeza, y que nadie te cuestione nunca si a tus 90 años gastas o no   de eso que llaman cuerda. Pero por favor, no sufras, por favor, no te apagues...por favor, no te mueras.

martes, 19 de junio de 2012

Últimos suspiros.


Se queja, habla sin sentido, y canta sin dejarte dormir por las noches. Ve cosas que el resto no ve, personas que no existen sino en su desordenada cabeza, y se enfada cuando no la entiendes, cuando niegas que dos mujeres la visiten todos los días, que el muñeco sea una niña, que el riojano sea un riojano que vive en Zaragoza y cante jotas para ella. Cabezota, egoísta, gruñona, te lleva la contraria, se queja. Huele mal, muy mal, tanto que si estás cerca es imposible respirar pretendiendo que entre algo de aire limpio a tus pulmones. Es oxígeno sucio, ajado, sin vida, que recorre cada rincon de tu cuerpo, contagiándote con esa sensación de cera desgastada que muere sobre el platillo de una vela a punto de desaparecer entre sus restos. Pero aún así eres incapaz de alejarte si la miras a la cara. Ese rostro cada vez más pálido, más alargado, esa mirada que ha pasado de verde esperanza a verde opaco, ausente, perdida...sin vida. A veces llora. No sabe por qué, pero llora, sufre, y su llanto seco retumba en las paredes de la caja de cualquier alma, haciéndote sentir vacía, insignificante. En ese momento, serías capaz de hacer cualquier cosa para conseguir que se sintiera mejor, que por fin descansara...y al mismo tiempo te aferrarías a un clavo ardiendo si con ello supieras que va a mantenerse ahí, donde está, inmóvil, agónica...pero respirando. Y día tras día la misma lucha, entre la desesperación y la angustia que ella misma genera. Batalla perdida de todas las maneras, no hay final feliz, ni triste, simplemente inevitable. Es ley de vida, se supera, pero por mucho que te mentalices es imposible que no duela.

miércoles, 13 de junio de 2012

Suspiro.


Dedicaría una eternidad entera a limitarme a observarle, disfrutando de lo afortunada que soy por tenerle a mi lado, y aún así no dispondría del tiempo suficiente para conseguir hacerle entender a mi mente que lo que siente mi alma no se trata de un sueño.

domingo, 10 de junio de 2012

Vísteme de inspiración, que sin ella estoy desnuda.


Revuelve mis entrañas, sácame las tripas desde bien adentro, desordénalas, y mételas de nuevo como te venga en gana. Con todo, y nada. Heriza mis venas, retuércelas y mezcla su sangre con resina amarga, hasta que tensen, hasta que vibren, como las cuerdas de una vieja guitarra. Que hasta el más torpe cantante de rock, canta, mientras yo sigo aquí sentada sin hacer nada sino escribir, con tinta roja de rabia derramada, gritando en silencio, sin poder tragar los nudos que censuran mi garganta. Envuélveme, sorpréndeme una mañana de bruma gris con sofocante escarcha, que congele al miedo y me acalore, hasta drenar los recuerdos del alma. Hazme temblar. Pon fin a mis noches en vela, y a mis mañanas de legañas y dolor de cabeza. Y que ese gran manjar para moscas y ratas marchite, se pudra y muera. Entonces, y sólo entonces, sin respeto a los gusanos, bailaré sobre esa tumba seca. Mientras tanto, si no te gusta, simplemente no me leas.